sábado, 23 de mayo de 2009

Una carta para ti Amore


Es lindo encontrar a gente como tú...

Esta vez, al recordar tu nombre, tu rostro y tu voz, no pude haber hecho mejor cosa que tomar un lápiz, llenar línea por línea de este escrito y recargar esta página de palabras sentimentales y románticas, como consecuencia de la inspiración que embarga a mi mente, que no deja de recordar tus confidencias y tu grave voz que se ha dirigido a mí en tan fantástica ocasión.


He pronunciado siete veces tu nombre al ritmo de siete suspiros profundos como la pasión que ha nacido en mi alma y que bautizada ha sido con tu nombre, el que archivado está en letras de oro, en un pergamino muy fino y muy bien guardado en el cuarto más especial del palacio de mi imaginación.


Cuando pensativa estoy en las horas de mi soledad nocturna, veo en la pantalla mágica de mis recuerdos tu rostro, con tus hermosas cejas haciendo maravillosas acrobacias aeróbicas, veo tu rostro encantador, aglomerando mis ilusiones que acuden instantáneamente, cautivadas y atraídas por tu blanca sonrisa, asemejada a los blancos pétalos de jazmín o quizás a la nieve glacial.


¡Oh, triste de mí, ¿qué hago por mis labios? Resecos están, sedientos de la humedad excelsa de tus labios. Mi niño, si mis palabras grabaran mi silencioso eco melancólico, tendría yo la oportunidad y esperanza de decir con certeza absoluta “My dear friend would God you love me as I to you”. Por milagro de la fe a mi segunda religión (el amor) en la que la divinidad sos vos, he escrito la anterior frase, pero de todas formas vos sabés que no soy un genio y lo escrito fue sólo el milagro de mi fe, la cual hizo bailar un lápiz por donde pasa, aunque dirigido por una mano muy obediente a mi cerebro, locamente atraído por vos, dios de mi segunda religión, fuente de mis románticas palabras, causa noble de mis suspiros, etc., etc.


Sé que no sos perfecto, al igual que todo ser humano, pero con tus virtudes y defectos te aprecio muchísimo, te lo aseguro.


Y talvez exagere, pero ya sabés que tengo el corazón de poeta y el alma romántica, pero también soy realista.


¿Querés saber exactamente por qué estoy escribiéndote todo esto? Porque al conocerte he sentido algo especial, algo que creí que no sentiría jamás: confianza. Y te dije y te digo ahora; me asusta sentir las cosas que te he descrito, o decime vos si esta locura es posible entre dos personas que nunca se han visto a los ojos y cuya comunicación consiste en verse por medio de un aparato electrónico, poniendo en riesgo los sentimientos, algo con lo que yo no quiero ni me atrevo a jugar.


Gracias por dedicarle tu valioso tiempo a estas sencillas, pero sinceras palabras.-

Pd. No te asustés de que te hable con el tono romanticón que has leído, yo soy así, y por eso te advertí de esta carta, si te has asustado y te parezco “acelerada” también decimelo. Si pensás que “calladita” me veo más bonita, yo lo sabré entender. Ah, por si acaso no tengo otra oportunidad de escribirte otra carta, también adjunto el poema que te dije que había escrito, llamado MSN.

MSN

A: ti

Me basta la luz de tu mirada

para iluminar mi vida,

la gravedad de tu voz

para despertar mi pasión,

tu risa, para sentir alegría,

tu apoyo, para atravesar la tormenta

tu compañía, para combatir la soledad…

(Doris)